martes, 28 de abril de 2009

Odisea (VIII, 461-463)


Fue un extranjero
quien le descubrió
los límites de su reino,
la riqueza de su mesa,
el rumor de otros mundos,
el caballo de sus sueños.
Un náufrago despojado
le mostró lo que tenía
y lo que le faltaba.
También Ulises
salvó a Nausícaa.


lunes, 20 de abril de 2009

El arte y la felicidad o razón del silencio


Siempre he sentido que mi destino era, ante todo, un destino literario; es decir, que me sucederían muchas cosas malas y algunas cosas buenas. Pero siempre supe que todo eso, a la larga, se convertiría en palabras, sobre todo las cosas malas, ya que la felicidad no necesita ser transmutada: la felicidad es su propio fin*.

Jorge Luis Borges: «La ceguera», Siete noches.
Madrid: Alianza Editorial, 1999 (5ª reimpr., 2007), p. 151.


*Cierto: ya no puedo ser mi tema.